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jueves, 21 de marzo de 2013

Los 5 de Ohio (II)


Empezaba la tercera temporada en el Instituto y ya competían a nivel nacional, pero daba igual, ganaban los partidos por 20, 30 o hasta 50 puntos de diferencia. Romeo se entusiasmaba: "Nos sentíamos invencibles, Éramos intocables". Ya se empezaba a hablar de aquel equipo como el mejor de la historia del baloncesto estudiantil y también en un jugador, LeBron James, que  se convertiría  en el primer atleta estudiantil en ser portada de Sports Illutrated en más de 36 años. Todo el mundo hablaba de 'El Elegido' y la popularidad crecía a un ritmo desorbitado. Trasladaron los partidos del Instituto a la Universidad de Akron por problemas de aforo, e incluso entonces, en los partidos más importantes, los 5.000 asientos no eran suficientes. Sian narraba : "Era como jugar en la NBA. Había aficionados en los hoteles, chicas que subían a las habitaciones. Había reventa de entradas por 300 dólares para ver un partido de baloncesto estudiantil."
Era todo una locura. ¿Cómo le decías a chicos de 16 años que no perdiesen la cabeza si había unos 300 chicos ahí afuera esperando por autógrafos?. Todo aquello se empezó a reflejar en la pista, y es que los chicos no escuchaban al entrenador Joyce, como ratificaba Sian: "Lo ignorábamos como diciendo: Da igual, ganaremos de todos modos". Aquella chulería les acabó pasando factura en la final estatal frente a Roger Bacon de Cincinnati . Incluso el entrenador Joyce, en la charla pre partido abroncaba a sus jugadores: "Autocomplacientes, arrogantes, egoístas: nosotros no somos así". Aquel aviso no sirvió, y los Spartans de Roger Bacon liderados por Beckham Wyrick derrotaron a los chicos de Akron. El sueño del campeonato nacional se desvanecía una vez más.
Tras encajar un nuevo fracaso, los Irish se enfrentaban a su último año de instituto y lo tenían claro: "No volveremos a perder". El entrenador Joyce se convirtió en la pieza más respetada del vestuario, como expresaba Willie: "Le dije a LeBron: Es nuestro último año. Hay que ganar. Haré lo que diga el entrenador Dru; y si alguien le dice algo, se las verá conmigo". Con esa motivación, desde julio de aquel verano el equipo empezó a entrenarse para conquistar el título nacional.
Al empezar el curso, colocaron a la St.Vincent-St.Mary en el puesto nº 23 del ranking nacional, algo que sentó muy mal en el vestuario, pero estaban dispuestos a demostrar que se habían equivocado. Querían ser el mejor equipo del país. Y es que para los jóvenes de Akron era la última oportunidad de conseguir lo que estaban buscando desde que jugasen juntos en el colegio.
En esa temporada, Willie se cayó del quinteto titular. Desde que se dislocó el hombro jugando al fútbol americano ya no era el mismo, pero rápidamente aceptó su nuevo rol, y salía perfectamente acoplado desde el banquillo para ayudar a los suyos.
En el camino hacia el nº 1 tuvieron que batir a grandes equipos como el Oak Hill de Carmelo Anthony, que por entonces ostentaba ser el mejor equipo del país. LeBron y compañía despedazaban a los rivales, como afirmaba Romeo Travis: "Le avisábamos a la gente de que no éramos el mismo equipo que el año pasado".
La unión entre los jugadores era muy fuerte tanto en la pista como fuera de ella. Poco a poco fueron escalando puestos en la clasificación hasta que se enfrentaron al Mater Dei de California, equipo ante el que perdieron su primer campeonato escolar, por el número 1 del país, pero no contaron con Sian que ese día disputaba un partido muy importante con su equipo de fútbol americano en el que se jugaba una beca para la universidad. Pese a la baja de Sian, el equipo no ofreció duda alguna y ganó fácil aquel partido. "Ver lo que habíamos conseguido, cuando hace unos meses éramos el 23º, o cuando hace años ni siquiera figurábamos en la tabla, o incluso hace más tiempo, cuando ni siquiera se nos mencionaba. El día que vimos que St.Vincent-St.Mary era el equipo nº 1 del país, fue uno de los mejores días de nuestras vidas" recordaba LeBron.
Los jóvenes Irish habían puesto a Akron en el mapa de EEUU, pero ahora tenían que cargar con la batuta de favoritos para conquistar por fin el título nacional. En aquella aventura las cosas no empezaron muy bien para LeBron. El joven talento ya era  una celebridad, pero la gente se preguntaba si era bueno estar rentabilizando su fama tan pronto, y es que todo el mundo le hacía regalos. Las sospechas arrancaron cuando vieron al joven con un Hummer que le había regalado su madre. Era un coche de 50.000 dólares que la madre había conseguido mediante un préstamo en el que el banco era sabedor que lo acabaría recuperando en un futuro, aunque en ese momento la familia James no tuviese dinero para pagarlo. Aparte, LeBron recibía cajas de zapatillas a su casa todos los días, pero fueron dos camisetas que aceptó como regalo en una tienda de Cleveland las que el Comité Deportivo de Ohio tomó como prueba, y aplicando la ley, decidió suspender a LeBron para toda la temporada.
"Cuando oí que no era apto para jugar durante el resto de la temporada no podía creerlo. Sentía que había decepcionado a mis compañeros" contaba amargamente LeBron sobre aquella sanción. Una sanción que cayó como un jarro de agua fría en el vestuario de los Irish y en todo el Estado de Ohio, y es que tendrían que afrontar el tramo más importante de la temporada sin su mejor jugador.
"Aún recuerdo que fui a entrenar ese día, pero no fui capaz, me pasé todo el entrenamiento llorando, sentado en la línea de banda, porque no podía estar ahí para ayudar a mis compañeros, y sabía que llegaría un momento en el que me iban a necesitar, y quería estar ahí para ayudarlos, pero no podía." lamentaba LeBron. El joven James tuvo que ver el partido que su equipo jugó frente a los Bulldogs desde la grada. Pese a su gran baja, el equipo demostró estar muy unido y se llevó la victoria por tan sólo un punto gracias a una canasta de Romeo Travis en el último segundo. Aquel gesto acrecentaba aún más la leyenda de los Irish de St.Vincent- St.Mary.
Tras llevar el caso a juicio, el juez falló a favor de LeBron y consideró excesiva aquella sanción. LeBron James podía reincorporarse junto a sus compañeros para conquistar el título nacional.
Llegó el día: 22 de Marzo de 2003, los Irish de la St.Vincent-St.Mary High School se enfrentaban a Alter High School por el gran título, pero no todo iba a ser un camino de rosas hacia el campeonato. Finalizada la primera parte, los Irish se iban al vestuario por debajo en el marcador y las dudas hacían mella en la mente de los jugadores, como en la de Romeo Travis: "Nos fuimos perdiendo al descanso y pensé: Otra vez no. No dos años seguidos.".
El entrenador Joyce era sabedor de la importancia de aquellos 15 minutos en el vestuario antes de saltar a la cancha.: "Chicos, ya no es cuestión de táctica. Quiero que, por un momento, sean conscientes de lo que pasa. Les han dado una oportunidad. Algunos de estos muchachos: Dru, LeBron, Sian, Romeo, Willie, no volverán a jugar otro partido de baloncesto juntos. Éste es el último partido que los entrenaré. Hagamos esto chicos. Que esto acabe de la forma correcta". Aquella charla caló en los jugadores de los Irish y tras remontar el partido se proclamaron campeones nacionales. El sueño se convertía en realidad.
"Sentía que ya había hecho algo. Mi vida valía para algo, y ganarlo con mis mejores amigos fue una de las mejores sensaciones de mi vida." rememoraba Romeo Travis sobre aquel éxito.
Tras graduarse, los Cinco de Ohio separarían sus caminos: Willie estudió Informática en la Universidad de Fairmont State; Sian obtuvo una beca de fútbol americano para la Universidad de Ohio State; Dru y Romeo jugaron para la Universidad de Akron bajo las órdenes de Ketih Dambrot y tras terminar su ciclo universitario los dos buscaron su sitio en Europa y han pasado por equipos de Alemania, Polonia, España o Grecia. Por último, LeBron James se ha convertido en la superestrella de la NBA sin pasar por la Universidad. Mientras que el entrenador Joyce sigue siendo entrenador en el St.Vincent-St.Mary.
"El baloncesto es el vehículo. No el destino final. Aprovéchense del baloncesto, que no suceda lo contrario" Dru Joyce.
Es la historia de grandes amistades, donde el baloncesto unió a estos cinco jóvenes para compartir experiencias irrepetibles en sus vidas. Son 'Los 5 de Ohio' y su legado queda ya para la historia del baloncesto.


Eduardo Salán                                                                         21 Marzo 2013

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