Earl 'The Goat' Manigault está considerado como una de las
grandes leyendas del baloncesto. Nuestra historia comienza en 1989, año en el
que Los Angeles Lakers rinden homenaje a Kareem Abdul-Jabbar, que tras veinte
años de carrera jugaba su último partido en la NBA. Después del evento, le
preguntaron al gran pívot que dijese el nombre del mejor jugador al que se
había enfrentado en toda su carrera, y Kareem lo tuvo claro:
"Probablemente sea The Goat".
Aquella respuesta de Jabbar revolucionó el mundo del
baloncesto ,y el personaje de 'The Goat' pasó de la ficción a la realidad, del
hombre al mito y del anonimato a la leyenda del baloncesto.
Earl Manigault nació el 7 de Septiembre de 1944 en
Charleston (Carolina del Sur), pero con cinco años se muda junto a su madre y
sus ocho hermanos al corazón de Nueva York, concretamente al barrio de Harlem.
Las condiciones de la familia Manigault rozaban lo infrahumano, una chabola de
madera era el hogar para toda la familia y la espiral de violencia y drogas que
rodeaba al barrio neoyorkino se fue llevando uno a uno a todos los hermanos de
Earl.
Sin embargo, el pequeño de los Manigault empezó a coquetear
con el baloncesto en el famoso 'Rucker Park'. En 1952, quedó fascinado al
asistir al partido que enfrentaba al mítico Wilt Chamberlain frente a Connie
Hawkins. Earl se pasaba día y noche en el Rucker observando a todos los grandes
jugadores que pasaban por el asfalto neoyorkino, y uno de ellos, Jackie Jackson,
fue el que más impresionó al joven de ocho años, sobre todo por sus vuelos
imposibles con el balón.
Earl Manigault estudiaba en el Instituto Benjamin Franklin y
desde pequeño empezaba a mostrar facultades atléticas impropias de su edad. Dicen
que con apenas 13 años y 1'65m de estatura era capaz de tocar el aro. Se apuntó
al equipo de baloncesto del Instituto y en la 'Public Athletic League' ya era
uno de los mejores jugadores de instituto de la región con 24 puntos y 11
rebotes por partido.
Existen varias teorías sobre el origen de su apodo 'The
Goat' (La Cabra). Unos dicen que su entrenador del instituto era incapaz de
pronunciar su apellido por lo que derivó en dicho mote; otros afirman que sus
saltos verticales eran dignos de compararse con las cabras montesas que
saltaban en las grandes colinas. Incluso también se piensa que el mote sean las
siglas de: The Greatest Of All Time (El Mejor de Todos los Tiempos).
No todo era baloncesto para Earl, y es que con 17 años es
expulsado del Benjamin Franklin por posesión de marihuana. El que fuese capaz
de anotar 57 puntos en un partido se veía en la calle, donde la droga le
ampararía en el gueto neoyorkino. Sin embargo, The Goat decide salir de Harlem
y termina los estudios en el Instituto Laurindburg de Carolina del Norte tras
firmar una temporada increíble con 31 puntos y 13 rebotes de promedio.
Aquella explosión de juego hace que hasta 75 universidades
del país se fijen en Earl para incorporarlo a sus equipos de baloncesto. Pese a
que en la lista se encontraban universidades de mucho prestigio académico, Earl
decide estudiar en la Johnson C.Univeristy, en la que únicamente acogían a
estudiantes de raza negra. El joven Manigault apenas aguantará seis meses en la
universidad, y es que las continuas disputas con su entrenador Bill McCullough
fueron un auténtico infierno para el jugador, que regresaría ese mismo año a
Harlem.
La Universidad se convertía en una utopía para Earl, que
desechaba cualquier oferta de las grandes universidades para quedarse jugando
en Nueva York cobrando un puñado de dólares por cada partido de exhibición. The
Goat ya se había forjado un nombre y era conocido en toda la costa Este del
país. El propio Julius Erving recordaba el día en que se acercó a Earl y le
dijo: "Dios, es verdad todo lo que había oído sobre ti".
Los años sesenta y setenta se convirtieron en el apogeo de The
Goat en el Rucker Park. Cada día la gente se apiñaba en las canchas neoyorkinas
para ver de primera mano todo lo que se oía acerca del joven. Earl apenas medía
1'85m, pero parecía volar. En aquella época perfeccionó una de las jugadas que
le llevaría al Olimpo del baloncesto: el 'Doble Mate'. Manigault era capaz de
un increíble salto machacar el balón y antes de que cayese al suelo, cogerlo de
nuevo y volver a machacar el aro.
No quedaba ahí la cosa, y es que The Goat era capaz de
saltar a dos jugadores de mayor estatura en pleno partido desde detrás de la
línea de tiros libres, y fue el pionero en el mate que ahora se conoce como
360º y que entonces se denominaba 'Around the World' en el que Earl giraba todo
su cuerpo en el aire para acabar machacando el aro a dos manos.
The Goat vivía su momento de fama en la capital del mundo,
Nueva York, pero todo el dinero que ganaba en el Rucker Park se lo gastaba en droga.
El propio Earl reconocía que tras dejar el colegio se volvió adicto a la
heroína, que en 1969 le acabaría llevando a la cárcel. Tras pasar 16 meses en la
cárcel, salió con más ganas de demostrar a Harlem de que pasta estaba hecho.
En aquellos primeros años '70, se juntaban en las cancha
neoyorkinas gente del calibre de Lew Alcindor (después pasaría a llamarse
Kareem Abdul-Jabbar), Julius Erving, Nate Archibald, Earl Monroe... todo
estrellas de la NBA que querían ver a The Goat en persona.
Recuerdan con todavía incredulidad cuando una persona del
público ofreció 60 dólares a Earl si éste conseguía veinte mates de espalda en
el partido. Earl firmó hasta 36 mates de espalda de manera consecutiva y se
llevó aquellos 60 dólares, que, por entonces, era una buena cantidad de dinero.
Al mismo tiempo que Earl era el jefe la de la cancha, su
vida fuera de ella rozaba el desastre. Se gastaba más de 100 dólares al día en
heroína y robaba para conseguir más dinero, y es que su salud empezaba a
pasarle factura cuando en pleno partido en el Rucker sufriría dos desmayos
fulminantes.
Pese a su mala salud, Earl pudo cambiar su vida. Peter
Vecsey, propietario de los Utah Stars de la ABA, ofreció a Earl una prueba para
formar parte del equipo. The Goat pasó unos pocos días en Utah intentado
hacerse un hueco en la plantilla, pero los latentes problemas que sufría Earl
fueron el gran condicionante para que no contasen con él. Tan sólo unos días
después de dejar Utah, recibe una oferta para formar parte de los Harlem
Globertrotters, pero Earl la rechaza para volver a su nido particular, el
barrio de Harlem.
En su vuelta a Nueva York, busca en el baloncesto su refugio
para apartarse de las drogas y en 1977 funda el 'The Goat Tournamente
Basketball Competition'. Sin embargo, Earl se ve envuelto en otro intento de
robo y es condenado a dos años de cárcel en la prisión de Ossining, donde
realmente tuvo tiempo para pensar y replantearse su vida.
The Goat cumple los dos años de condena y sale de la cárcel
como un hombre nuevo. Sin embargo, por
aquella época ya sufría grandes problemas de salud, así que decide mudarse a
Charleston, su ciudad natal, para alejarse de la dura vida de Harlem. En
Carolina del Sur se dedica a hacer trabajos de todo tipo, desde cortar el
césped hasta pintar las fachadas de las casas. Todo valía para sentirse vivo.
La nostalgia le puede y después de un tiempo en Charleston
decide volver a Nueva York. Las drogas vuelven a tentar a The Goat, pero lejos
de volver a caer, se dedica a ayudar a jóvenes drogadictos en programas de rehabilitación.
En 1987 sufrirá un gran susto cuando tiene que ser operado a corazón abierto, y
es que su cuerpo estaba destrozado tras años de excesos en alcohol y todo tipo
de drogas.
La década de los '90 se presentaban en la vida de Earl como
la oportunidad de seguir ayudando a los demás. Fundó varias ligas para jóvenes
talentos de baloncesto y el proyecto 'Supportive Children's Advocacy Network'
que ayudaba a la infancia más desprotegida. También en aquella época trabajó
como entrenador del Instituto Wadleigh.
La fama vuelve a llamar a la puerta de Earl cuando en 1991
recibe una oferta de la HBO por valor de 10.000 dólares para rodar una película
sobre la vida de The Goat. No sería estrenada hasta cinco años después, en 1996.
'Rebound: The Legend of Earl 'The Goat' Maniglaut' estuvo dirigida por Eriq La
Salle y protagonizada por Don Cheadle, Forest Whitaker entre otros muchos
grandes actores o Kevin Garnett en el papel de Kareem Abdul-Jabbar.
Tras el estreno, el propio Earl Manigault
declaraba: "Defraudé a miles de personas pero no soy
nada falso. Hubo un tiempo en que di a la gente lo que quería que les diera. La
película está ahí para que las generaciones de jóvenes no tengan que pasar
nunca por el calvario que ha sido mi vida”.
Dos años después,
el 15 de Mayo de 1998, fallecía con 53 años. Las canchas de la calle 99 y Amsterdam de Nueva York se agruparon bajo el nombre de 'Goat Park', era el
mejor homenaje para el hombre que volaba entre aquellos aros de Harlem.
The Goat ha pasado
a la historia del baloncesto como leyenda. Desconocemos la dimensión que podría
haber alcanzo si hubiese jugado en la NBA. Sus piernas le llevaban al éxito,
pero su loca cabeza fue el impedimento en aquel viaje.
El asfalto
neoyorkino le vio volar durante décadas y la gente que pudo disfrutarlo lo
tenía claro, como declaraba uno de los fundadores del Rucker Park, Gene
Williams: "Era un jugador extraordinario y gracias a los que le vimos
jugar es y será siempre una leyenda para toda una generación".
Eduardo Salán
7 Marzo 2013
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