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sábado, 27 de octubre de 2012

Base y Pívot: Historia de una larga amistad


En el baloncesto las posiciones de base y de pívot probablemente sean las más importantes para un equipo. El base es el cerebro, el que manda sobre la cancha (playmaker) . El pívot es el finalizador, el intimidador bajo el aro (center) . Un buen equipo siempre tiene que contar con  buenos jugadores en alguna de estas dos posiciones. Eso sí, no hay que olvidar que todos los que ganaron títulos estaban también acompañados de más jugadores de una grandísima calidad.

Durante la historia de la NBA un largo número de parejas base-pívot se han juntado. Sin embargo, sólo algunas han encontrado a su 'media naranja' en la cancha.

Llamemos al Pick & Roll (Bloqueo y continuación) el anillo de compromiso entre un base y un pívot. Sin duda, el punto de partida para el juego entre estos dos, además de ser una de las jugadas más sencillas del baloncesto.

Aquí van algunas de las mejores conexiones de la historia de la NBA que nos han hecho disfrutar con la magia del baloncesto. Puedes participar comentado cuál te gustó más o si añadirías alguna otra pareja!

Años 50. El entrenador de Boston Celtics, Red Auerbach,  seleccionó con el nº 3 del Draft de 1950 a Bob Cousy ,uno de los mejores bases de la historia de la Liga, al que seis años después se unió, el ya mítico pívot, Bill Russell.
El chico blanco de Nueva York y el chico negro de Lousiana formaron el tándem más efectivo de la Liga. Las asistencias de Cousy se complementaban con el trabajo defensivo de Russell. Fue un éxito no solo de espectáculo, sino sobre el papel, y es que juntos llevaron a los de verde a ganar 6 títulos durante finales de los 50 y principios de los 60.
 Después, Bill Russel ganaría por cinco veces más el título de campeón en Boston tras la retirada de Cousy en 1963. Convirtiendo a los de Massachusetts en la mayor dinastía de la NBA hasta la fecha.
Mientras tanto, al otro lado del país, Jerry West y Wilt Chamberlain luchaban para llevar el título a Los Angeles. Otro de los mejores bases de la historia (el logo actual de la NBA es la silueta de éste) y el gigantón que batió todos los récords posibles (anotó 100 puntos en un partido) lucharon durante toda la década de los 60 frente a sus enemigos acérrimos: Boston Celtics.
 Los de la costa Este derrotaron por siete veces en las Finales a los de California.
 Sin embargo, la historia hizo justicia y la magnífica pareja logró el título en 1973 ante los Knicks de Nueva York. Eso sí, se esperaba mucho más éxito por parte de la directiva de los Lakers, que vieron un continuo fracaso la incapacidad de ganar el anillo.
Pasada la exitosa década de los 60 en la que Boston ganó absolutamente todo. Milwaukee Bucks, un equipo que había sido creado en 1968, consiguió juntar a uno de los mejores jugadores de toda la historia: Oscar Robertson con un joven de 2´18 m llamado Lew Alcindor (luego se convertiría al islam y pasaría a llamarse Kareem Abdul-Jabbar en 1971).

Los Bucks consiguieron con esta maravillosa dupla el título en 1971 y perdieron las Finales de 1974 frente a los Celtics. Rápidamente la pareja se rompió, Robertson anunciaba su retirada tras 14 años en la Liga y Kareem Abdul-Jabbar era traspasado a Los Angeles Lakers en 1975.

Precisamente en los Lakers, Kareem viviría otra etapa de ensueño compartiendo cancha con otro de los mejores bases de la historia de la Liga: Magic Johnson.
El de Michigan llegó a la Liga en 1979, y pronto creó un nuevo estilo de hacer baloncesto: el  Showtime. El juego espectacular de Magic junto con  el SkyHoop ("gancho del cielo) de Abdul-Jabbar llevó cinco títulos más a la Costa Oeste.
Ya en 1989, Kareem Abdul-Jabbar anunciaba su retirada tras 20 temporadas en la Liga en las que se ha convertido en el máximo anotador de la historia además de otros muchos logros. Por su parte, Magic guió a los Angeles hasta otra final en 1991 en la que perdieron frente a los Bulls de Jordan. Tristemente anunció su retirada tras estas Finales ya que fue diagnosticado con VIH.
Llegamos a la década de los 90:  la década de los Bulls de Jordan. Sin embargo, una pareja luchaba desde las montañas de Utah para acabar con la hegemonía de Chicago.
John Stockton y Karl Malone volvían a formar una pareja letal desde los Lakers de Magic y Kareem. Pero siempre tendrán el recuerdo de no haber podido ganar el campeonato. Estuvieron a punto en dos ocasiones, pero Jordan y compañía les arrebataron el éxito en 1997 y 1998.
Sus logros no están al alcance de cualquiera y es que Stockton sigue siendo el jugador con más asistencias en la historia y Malone el segundo máximo anotador de la historia de la competición. Una unión puntos-asistencias que maravilló el mundo del baloncesto.
Entramos en el milenio, los equipos buscan más lo físico que lo inteligente, pero no todos.
San Antonio Spurs de la mano del entrenador Gregg Popovich juntó a otra de las parejas base-pívot de más calidad de los últimos años: Tim Duncan y el base francés Tony Parker.
Tras los tres anillos consecutivos de Los Angeles Lakers que abrieron el nuevo milenio, los de Texas, de la mano de la fantástica pareja consiguieron el campeonato en tres ocasiones: 2003,2005 y 2007. Y todavía no pasan los años, ya que los dos siguen luchando cada año por volver a la cima consiguiendo buenos resultados pero sin fortuna.

Otro ejemplo a destacar es el base canadiense Steve Nash, doble MVP de la temporada, que formó pareja en Phoenix Suns con el pívot Amare Stoudemire, pero que, sin embargo, no llegaron los éxitos para ellos. El de Canadá busca este año su ansiado anillo en Los Angeles. La historia se lo debe.
 
 Actualmente, equipos como Cleveland Cavaliers o Minnesota Timberwolves cuentan en sus filas con bases y pívots jóvenes de  gran calidad como son Kyrie Irving/ Tristan Thompson y Ricky Rubio/Kevin Love respectivamente.
Únicamente el tiempo dictará sentencia sobre esta amistad, una amistad sin fin en el baloncesto: base y pívot.
 
 
27 Octubre 2012                                                                                Eduardo Salán
 

1 comentario:

  1. Muy bueno Edu! Me quedo con John Stockton y Karl Malone, y la frase que les adjudicaba Andres Montes: "Hoy te quiero mas que ayer pero menos que mañana".

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