Queda poco para acabar la temporada NBA. Una temporada en la
que hemos visto crecer a jugadores jóvenes o dar los primeros pasos en la Liga
a otros tantos. Precisamente uno de estos ha sido Bernard James, el ala pívot
de Dallas Mavericks ya despertaba interés antes de que comenzase la temporada y
en este artículo averiguaremos por qué.
La vida del jugador de 28 años pasará a ser conocida
globalmente la noche en la que Cleveland Cavaliers selecciona al jugador en el
Draft y posteriormente lo traspasa al equipo tejano. Todo apunta a un jugador
joven que desde niño desea aterrizar en la mejor liga del mundo, pero esta no
es su historia.
Antes de encontrar el baloncesto, Bernard James quiso seguir
los pasos de su padre, Darryl James, que sirvió quince años en el Ejército y
siete en la Fuerza Aérea. Con esa determinación, se alistó con tan sólo 17 años
en las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos y completó un mandato de seis años sirviendo
tres en Irak, Afganistán y Qatar.
Actualmente, posee el rango de sargento en la armada norteamericana.
Bernard vivió experiencias duras en aquellos años y
desarrolló todo tipo de trabajos. En Irak, tuvo que vigilar a miles de
detenidos en el campamento 'Bucca'. En Qatar, también se encargaba de la
seguridad, pero esta vez de edificios y aviones. Y por último, en Afganistán,
trabajó como policía militar donde vio la muerte con sus propios ojos e incluso
la infringió apretando el gatillo en seis ocasiones.
El reconocimiento de Bernard James en la armada era mayor
cada día, pero ¿cómo y cuándo se decidió por el baloncesto?
La vocación de jugador de baloncesto apareció muy tarde en
el joven James. Comenzó a jugar con 14 años en el instituto, pero nada serio.
Aunque poseía una cualidad favorable en este deporte: su gran altura, que
despertaba en los entrenadores de instituto una gran admiración y deseo en la
figura de Bernard, pero pese a las múltiples ofertas éste sólo tenía en mente
el cuerpo militar.
Sin embargo, sorprendentemente el baloncesto volvería a entrar
en su vida cuando menos lo esperaba."
Cuando me uní al ejército conocí a Erick Dumas, uno de los supervisores. En el
primer día de trabajo, me preguntó si jugaba al baloncesto. Yo dije: 'No'; Él
me respondió: 'Ahora sí' ".
Bernard empezó a jugar partidos entre los equipos internos
de las bases militares y desde el principio sorprendió a todo el mundo con su
gran capacidad para machacar el aro, rebotear y taponar. Era una auténtica
bestia en la pintura y ese talento no podía ser desaprovechado.
Bernard empezó a plantearse de forma más seria el
baloncesto. Tanto que en 2005, tras disputar un partido entre los mejores
jugadores que estaban enrolados en las fuerzas estadounidenses, el joven James
recibió una oferta de Leonard Hamilton, entrenador de la Universidad de Florida
State, para formar parte del equipo. Bernard no se lo pensó dos veces y aceptó
aquella beca.
Pese a que la idea de jugar en la NBA era un fuerte rumor en
el ambiente que rodeaba al jugador, Bernard estaba únicamente centrado en la
Universidad: "La NBA no era ni siquiera un pensamiento para mí", dijo
James. "Solo pensaba en ganar una
beca y entrar en la Universidad. Yo quería ganar mi título. Ese era mi objetivo
principal. Esa fue toda mi motivación hasta que llegué a Florida State. La idea
de jugar en la NBA no llegó hasta después de mi primera temporada. Al entrar en
mi último año, fue entonces cuando me di cuenta de que podía aspirar a ello y
comencé a trabajar para conseguirlo".
Durante su periodo de dos años con los Seminoles, James
estuvo excepcional. Lideró al equipo de Florida a su primer campeonato ACC en
su historia y a dos apariciones en el torneo de la NCAA. Durante su último año,
el ala-pívot de 2,08m promedió 10.8 puntos, 8.2 rebotes y 2.3 tapones con los
Seminoles. Ahora sí, la NBA llamaba a la puerta de los James. Sin embargo, Bernard
James quería terminar su ciclo formativo en las fuerzas armadas y aparcó la NBA
durante varios años.
Finalmente, el verano pasado iría de ciudad en ciudad
haciendo entrenamientos individuales para mostrar su talento a los diferentes
equipos que se habían interesado en el jugador, que ahora tenía 27 años. Y es
que se consideraba a Bernard como un novato con experiencia, una condición, que
aunque suene contradictoria, no dejaba de ser una ventaja frente a los jóvenes
jugadores que luchaban por hacerse un hueco como él.
A los 28 años de edad, la mayoría de los jugadores están
llegando a su mejor momento y con el retrovisor ya puesto en el final de una
carrera. Sin embargo, así justificaba Bernard James esta teórica desventaja la
noche antes del Draft "Mi edad es engañosa. No tengo muchos
años de baloncesto en mi cuerpo. No jugué en la escuela ni jugué todos los años
de universidad. Sólo he estado jugando durante 10 años. Muchos de estos chicos
han estado jugando más que eso. Mi cuerpo va a aguantar y voy a ser capaz de
jugar mucho más tiempo cuando llegue a los treinta años que una gran cantidad
de estos otros chicos ".
Aquel 28 de Junio de 2012, el propio Bernard describía su
camino a la NBA como peculiar. Con 28 años, James se siente un hombre entre
niños. De hecho, tras ser elegido, se convirtió en el jugador con más edad
seleccionado en los últimos 20 años, superando al africano Dikembe Mutumbo
quien cumplió 25 años un día después de ser elegido en 1991.
"Creo que hay una
gran diferencia entre yo y los demás jugadores, desde mi forma de pensar hasta
cómo afrontar las cosas cada día", afirma James. "Muchos de estos chicos no han visto una gran cantidad de sus
vidas. Para muchos de ellos, todo lo que saben es baloncesto. Han estado
jugando desde que tenían ocho años y no se dan cuenta de lo que es el mundo
real, tener un trabajo de 30.000 dólares al año. He aprendido definitivamente a
no dejar que un solo día se desperdicie ".
Finalizada su primer temporada en la NBA no podemos valorar detalladamente
su actuación, y es que apenas ha gozado de minutos en Dallas. Eso sí, la fuerza
y la pasión a las que aludía el jugador desde principio de año se han visto
reflejadas en cada segundo en los que estaba en pista.
Bernard James pasó de un campo de batalla a una cancha de
baloncesto. Su espíritu y su fuerza son los mismos, y él ya lo ha avisado: "Esto es sólo el próximo paso",
dijo James y al más puro estilo sargento terminaba: "El trabajo no se ha terminado, es tan sólo el principio."
Eduardo Salán 21
Mayo 2013
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